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Fernando Castro Florez

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“Mundus quidem et sinus inexplebilis

formarum et specierum”.

[Seis propuestas en este milenio:

Consideraciones en torno a la obra colosal de Víktor Ferrando].

El accidente (sustancial)

Planet Ferrovia es una impresionante instalación de un conjunto escultórico que Víktor Ferrando ha realizado con vías de tren y otros elementos de la red ferroviaria de la Comunidad Valenciana. Las obras representan Satélites, Estrella y Planetas, son una suerte de asteroides metálicos erizados de lanzas y con componentes de vidrio y material plástico. Marte, Venús y Titán inspiran a Ferrando a realizar lo que califica como “figuraciones futuristas de la potencia cósmica comprimida en su masa gravitatoria descomunal”. Este artista fascinado por el futurismo no cae en la “estetización (delirante) de la guerra” sino que, al contrario, intenta exorcizar la violencia. “En la elaboración de mi última producción de esculturas –apunta este artista- he tenido la oportunidad de enfrentarme a toneladas de hierro agresivo, que a diario me preguntaba el motivo de su función definitiva”. Este “escultor guerrero” sabe que “el miedo es uno de los síntomas de nuestro tiempo”

La cuestión fundamental para Jünger es la de si es posible librar del miedo a los hombres que son, además, temibles El arte intenta, en muchas ocasiones, apartar el miedo, aunque no es tan fácil pavimentar el terreno agrietado, cuando lo que nos desmantela es precisamente el pavor. “Se llama imaginario a todo procedimiento que tiende a volver soportable lo que no lo es. El deseo es insoportable. Darse valor para soportar lo insoportable es imaginario”.

El hecho de que la gente sienta la necesidad de atender varias veces al día a las noticias es ya un signo de angustia. Podemos contemplar todo, mezclado en una especie de fastfood de las imágenes, disueltos los contornos de todas las cosas, yuxtapuestos el atentado, la estadística política, el récord atlético y la cifra increíble alcanzada en la transacción de una “obra de arte”. “El final del miedo inicia el proceso que hace de la mercancía un medio, quizá el único, para conjurar lo que queda de ello y la violencia que va con el miedo: lo imprevisible, lo que no es del orden del arte, sino de la historia”

Víktor Ferrando quiere sobrepasar lo fóbico pero sin adoptar una actitud huidiza, afrontando lo temible. Víktor Ferrando imagina un planeta con los restos y materiales que permitieron numerosos desplazamientos. Las esculturas están inmóviles pero simbolizan trayectos de la máxima intensidad. Su misión es clara: seguir, con entereza y coraje, en una batalla personal .

Si recurre al reciclaje es para plantar cara a la “contaminación”, proponiendo un proceso técnico y, fundamentalmente, artístico que nos enseña que hay otras formas de vivir. Mantiene la tensión, materializa lo descomunal que rescata del fondo insondable de la “comunidad desobrada” y siempre sin dejar de tener una radical preocupación por lo desconocido Aquella definición de Giordano Bruño del spiritus phantasticus como “un mundo o un golfo, nunca saturable, de formas y de imágenes” cuadra a la perfección con el ánimo incansable y fértil de Víktor Ferrando. Lo que necesitamos es preservar la imaginación, dar un cauce a las obsesiones, conseguir que la fantasía no quede aplastada por la banalidad del contexto

Fernando Castro Florez
Profesor de estética de la universidad autónoma de Madrid y crítico de arte del Periódico ABC

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