Para Viktor Ferrando no existe nada más desafiante que la tensión, ya sea evidente o latente. Es la tensión la que moldea el material más difícil de esculpir: el acero; y es ésta la que configura su visión del arte visual contemporáneo. Víktor Ferrando es un escultor que mama del abono excepcionalmente rico de la cultura mediterránea. Sin embargo, rompiendo con la tradición de la escultura que se expresa a través de grandes bloques de piedra, sus obras evocan el espacio que existe entre las líneas y los planos de sus creaciones de acero.
El acero se está convirtiendo en el arma más eficaz en la lucha del escultor guerrero contra los representantes de la cultura contemporánea que ignoran las formas inspiradas por la naturaleza y las imágenes que revelan las habilidades del artesano que las han creado. El acero es asimismo el material más adecuado con el que concebir y proyectar un objeto de arte visual como mecanismo. El acero es excepcional a la hora de unir la necesidad básica de Víktor Ferrando de competir con los poderes y las creaciones de la naturaleza y realizar una obra de una perfección comparable a la de ésta.
A la vista de los modernos conocimientos sobre el papel que desempeñan las mitologías, sobre todo las representadas por el estético francés Roger Callois, es posible distinguir un proceso que armoniza los opuestos fundamentales de la naturaleza y la cultura y los acerca.
Esta hipótesis parece ser confirmada parcialmente por las manifestaciones de la cultura contemporánea: llena de fascinación, con imágenes de seres naturales y sobrenaturales desempeñando papeles en las producciones del ámbito de los medios digitales.
Víktor Ferrando utiliza esta corriente de manifestaciones culturales actuales como si fueran reales, significativas y características. Su obra se encuadra dentro de esta corriente y, al mismo tiempo, se encuentra fuera de la misma; su posición sobre las mitologías contemporáneas se caracteriza por la inspiración, combinada con la distancia crítica.
Por un lado, explora todo aquello que hace espectacular la cultura contemporánea; por otro, su intervención en la figuración y elaboración de la cultura convierte los fenómenos efímeros en arte, que se encuentra a un nivel mucho más profundo. Su obra hace referencia a la cultura de un periodo de tiempo más prolongado de lo que lo es la modernidad e incluso más que la posmodernidad. Las esculturas de Víktor Ferrando se encuentran cargadas de una simbologia cosmica, dejando entrever con gran maestria e intuición el paralelismo existente entre la materia que forma el espacio y sus enormes representaciones metalicas, como es el caso de esta obra, Post apocaliptic design, que hace referencia al planeta Venus ,conectada con una red fascinante de signos psíquicos, gestos y expresiones de un mundo remoto. Víktor Ferrando es el medio a través del cual se desarrolla un juego espectacular.
Su obra se encuentra viva, combina formas sagradas y semisagradas y símbolos que se relacionan con elementos arquitectónicos de la tradición clásica, como los obeliscos, los arcos, las armas, etc., y, sobre todo, utiliza el tema clave de la tradición de la escultura: la forma física humana. Su obra constituye un lugar de encuentro entre los temas arcaicos y las sofisticadas tecnologías del trabajo del hierro y su tectónica. Las creaciones de Víktor Ferrando apenas conectan con las bases: vuelan o bailan; viven en el reino de la imaginación, como las imágenes realizadas por su compatriota y predecesor, Salvador Dalí.
Víktor Ferrando, como artista, coincide bastante con la personalidad mágica de Dalí, pero su físico se asemeja más al de Hércules con una piel de león alrededor de los hombros.
Tomas Vlcek Director de la colección de Arte Moderno y Contemporaneo de la Galería Nacional de Praga
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